“Llevamos lustros de agresión a la enseñanza pública, especialmente desde Esperanza Aguirre”

LOS TIEMPOS QUE CORREN SON ESPECIALMENTE DUROS. A los problemas estructurales de siempre se han unido en estos ocho últimos los que han generado los recortes sistemáticos del Estado de Bienestar como si de un desperdicio se tratara. Y todavía no se ha llegado hasta el final de la programación de precariedad y empobrecimiento generalizados que propician los partidarios de la privatización del Estado. Es evidente que todo ello repercute, directa e indirectamente, en el movimiento sindical y, especialmente, en el “sindicalismo de clase”. En medio de esta vorágine conflictiva, a Jaime Cedrún le ha correspondido desde 2013 la responsabilidad de liderar la Unión de Madrid de CCOO.

Fotografías de Teresa Rodríguez.

¿Cómo se está viviendo “la crisis” desde CCOO de Madrid?

Por una parte con indignación, por otra con movilización permanente en una estrategia de resistencia ante un intento claro de que la crisis la pagara la clase trabajadora, mientras quedaban indemnes quienes implantaron el modelo ultraliberal y se forraron durante la burbuja inmobiliaria. La estrategia que hemos adoptado ha contado también con el máximo de unidad sindical, tanto con UGT como con el resto de los sindicatos en los ámbitos sectoriales. Una unidad que también hemos extendido en una alianza con la sociedad, donde hemos tejido una red con multitud de organizaciones que ha dado pie a las mareas, mesas, plataformas y la Cumbre Social.

¿Cuáles son los problemas fundamentales de la ciudadanía madrileña en este momento?

Padecemos un nivel de paro altísimo, por encima del medio millón de personas. Además, el empleo que se crea es precario. Por ejemplo, el 44% de los contratos que se hacen son de menos de quince días, y un porcentaje similar son empleos parciales no queridos. Vivimos también las consecuencias de los propios recortes y el deterioro de los servicios públicos. Han intentado privatizar también recortando plantillas, por eso han diezmado de alguna manera lo que es para nosotros algo fundamental para el estado de bienestar, que es el papel compensador de los servicios públicos. Todo ello ha disparado la desigualdad y el empobrecimiento de la clase trabajadora.

¿Qué problemas primordiales ha tenido que afrontar CCOO en esta Comunidad?

Nos hemos tenido que enfrentar con dureza a la reforma laboral, sector a sector, empresa a empresa. La batalla en torno a los ERE que ha sido durísima, algunos muy simbólicos como el de Coca Cola, Limpieza Viaria o Telemadrid. Intentan limitar la negociación colectiva y los convenios con la ultractividad, algo que conseguimos parar en su momento, la campaña de privatización que inició Esperanza Aguirre. Igual que hemos dado la batalla con todo lo que tiene que ver con servicios sociales y personas dependientes. Hemos salido de la recesión, estamos creciendo, pero uno de cada cinco madrileños vive en la pobreza; hay 360.000 trabajadores –fundamentalmente trabajadoras– que padecen pobreza salarial. De hecho, esperamos que próximamente el Parlamento tome en consideración la ILP en materia de prestación de servicios mínimos para todas esas personas que sufren paro de larga duración. Nuestra acción sociopolítica se está enfrentando a esta nefasta realidad.

L

La estrategia que hemos adoptado ha contado también con el máximo de unidad sindical, tanto con UGT como con el resto de los sindicatos en los ámbitos sectoriales

¿Cuáles ha podido ayudar a resolver?

Como ya he comentado, hemos parado algunas de las grandes agresiones y resuelto otras. Por ejemplo, hemos salvado los convenios y la negociación colectiva sigue teniendo una gran cobertura. Sin embargo, con la primacía del convenio de empresa sobre el sectorial, hay empresas –sobre todo pequeñas y medianas– que se descuelgan del convenio, generalizando la precariedad. Las grandes empresas aprovechan la reforma laboral para hacer ERE y externalizar aéreas de producción en empresas multiservicios depredadoras de los salarios y derechos laborales, por ejemplo: las camareras de piso.

Hemos defendido el derecho de huelga, realizando una gran campaña confederal, que en Madrid ha tenido especial protagonismo. El intento de criminalizarnos, ha llevado a que trescientos sindicalistas estén procesados en todo el Estado. Hemos realizado una campaña internacional en la ONU, en Europa, en la OIT… Estamos satisfechos porque hemos conseguido que ningún sindicalista vaya a la cárcel y todos en nuestra comunidad hayan salido absueltos o, en el peor de los casos, sancionados con una multa. Por otra parte, hemos contribuido a resolver que el cambio social se traslade al cambio político con una nueva correlación de fuerzas en la Asamblea de Madrid y en los ayuntamientos. En este contexto político, hemos podido recuperar el diálogo social con el gobierno regional y esto está permitiendo salvar los Planes Directores de Salud Laboral, así como firmar el primer acuerdo sobre políticas activas de empleo.

¿En qué asuntos no ha encontrado solución adecuada y por qué?

Hemos parado las privatizaciones pero aún no se han revertido los recortes. Igual sucede con la política fiscal, que aumenta la desigualdad, hace regalos a los ricos y no incentiva a las personas que más lo necesitan. En Madrid hay quince mil multimillonarios que no pagan el impuesto de patrimonio; es decir, 612 millones de euros que no van a las arcas públicas y que podrían dedicarse a acometer un plan contra la pobreza. Tampoco hemos podido avanzar en el cambio del sistema productivo. La burbuja pinchó, cayó la construcción y ahora el crecimiento que empieza a darse tampoco se sustenta sobre bases sólidas. Esto lleva a un hecho evidente, se crea empleo malo porque nuestro sistema productivo genera empleos malos.

¿Se necesitan cambios en la organización del sindicato en este momento?

Somos conscientes de que se necesitan cambios, por eso llevamos cuatro años reflexionando sobre la necesidad de cambiar aspectos importantes en el sindicato. Por eso hemos tenido un amplio y abierto proceso en el que han participado miles de afiliados, afiliadas y personas de entornos cercanos y que hemos denominado “repensar el sindicato”. Buena parte de las conclusiones que se han extraído están en las ponencias que ahora debatimos de cara al próximo congreso. La idea es que este sindicato tiene que ser una organización de todos los trabajadores y todas las trabajadoras, independientemente del tipo de contrato que tengan, o si no lo tienen. Hay que adaptar la organización con estructuras flexibles, reforzando la cooperación entre sectores, a estas nuevas realidades y poder encuadrar y organizar a quienes trabajan en las PYMES y están en la precariedad, mayoritariamente jóvenes. En el orden interno estamos incorporando las nuevas tecnologías para facilitar la participación. Asimismo, hemos dado una vuelta de arriba abajo a nuestro código ético para actualizarlo, con el objetivo de que nuestro sindicato tenga paredes de cristal, sea bien gestionado y evitemos las malas prácticas.

La idea es que este sindicato tiene que ser una organización de todos los trabajadores y todas las trabajadoras, independientemente del tipo de contrato que tengan, o si no lo tienen

¿La implantación de CCOO es la adecuada? ¿En qué sectores no lo es?

Creo que tenemos una gran implantación. De hecho, los resultados de las últimas elecciones sindicales en la Comunidad de Madrid son contundentes. De un millón de trabajadores convocados, más de setecientos mil han participado en los comicios y Comisiones Obreras ha obtenido una representación del 40%. A pesar de estos años duros, todas las campañas, legislaciones agresivas, linchamientos mediáticos, ahogo financiero, e incluso a pesar de nuestro errores –sabiamente utilizados por la derecha más reaccionaria–, nuestro desgaste ha sido de apenas medio punto. Hemos mantenido la mayoría sindical, incrementando la distancia con el segundo sindicato. Es decir, tenemos una buena implantación, aunque, siempre insuficiente. Y, sin duda, el modelo productivo también influye en este escenario. El 99% de las empresas tienen menos de cincuenta trabajadores, de los que un elevado porcentaje no están encuadrados sindicalmente y no tienen representación. El gran reto es llegar a esas plantillas de las PYMES. Además, se está produciendo una renovación con sectores muy feminizados en el sector Servicios. Esto hace que Comisiones Obreras sea hoy más sindicato de hombres y mujeres. Más del 40% de la afiliación son mujeres, con una fuerte identidad feminista. Como consecuencia, los órganos son paritarios.

En enseñanza somos el sindicato más representativo y con más implantación en la enseñanza madrileña; con gran presencia en los sectores públicos (por encima del 40%) y privado.

¿Cómo se ve a CCOO entre la gente joven?

Hemos de tener claro que “la gente joven” no es un grupo homogéneo. Dicho esto, la necesidad de un sindicato se empieza a ver cuando las personas acceden al mercado laboral, que es cuando las personas se afilian. No antes. De todas formas hemos establecido fórmulas para atraer, organizar, incluso afiliar a jóvenes antes de que entren en el mercado laboral. Son estructuras, además, que vamos a potenciar. Eso sí, la idea es abrirnos más al mundo de la universidad, de la FP, de los propios centros de Secundaria. En la estrategia por el empleo hemos firmado setenta y dos millones de euros para empleo joven a través de la garantía juvenil. En la Comunidad de Madrid hay más de 60.000 jóvenes que ni estudian ni trabajan y a los que hay que reinsertar en el mundo laboral. Por otra parte, tenemos una denuncia y una exigencia que hacer, y es que no existen en el curriculum educativo los derechos laborales ni el mundo del trabajo. Así, el alumnado finaliza sus estudios sin saber nada de sus derechos laborales, lo cual es especialmente grave porque entran a trabajar como falsos autónomos o en una pequeña empresa medio pirata y, como desconocen sus derechos, son explotados y son potenciales víctimas de accidentes laborales. En el V Plan Director en prevención de riesgos laborales, que estamos a punto de firmar, hemos acordado incorporar en el sistema educativo la enseñanza en derechos laborales en prevención de riesgos y salud laboral.

E

E

En la estrategia por el empleo hemos firmado setenta y dos millones de euros para empleo joven a través de la garantía juvenil

¿Cuáles son los sectores productivos más fuertes en el sindicato?

Estamos en una región capital en la que el sector más fuerte es el de servicios, con más del 80%, señalando la importancia del sector público. Además, durante y después de la burbuja se ha llevado a cabo el proceso de desindustrialización, un proceso que también ha padecido el sector de construcción. Insisto pues en que es necesario un cambio del modelo productivo.

¿Qué asuntos son los más urgentes para mejorar el sistema educativo?

Los principales problemas tienen que ver con los lustros de agresión a la educación pública por parte de los gobiernos regionales, fundamentalmente de Esperanza Aguirre, y por otra parte, los recortes brutales sufridos por las administraciones públicas y, lógicamente, la educación. Nos encontramos con una educación pública que ha visto recortadas sus plantillas y sus recursos con claros intentos de privatización. El sistema educativo es desequilibrado por rentas y zonas porque la enseñanza privada ha sido potenciada. Esto ha supuesto que aparezcan zonas y centros gueto donde es muy difícil que el alumnado acceda, en igualdad de condiciones, al ejercicio del derecho a la educación.

En su opinión, ¿cuáles serán los tres asuntos imprescindibles para una mejor educación pública?

Lo primero era paralizar políticas agresivas como las reválidas y la LOMCE, que se ha paralizado. Actualmente el Gobierno de Cifuentes se piensa mucho el seguir con las políticas de Esperanza Aguirre y Figar. Lo segundo son los recortes y sus consecuencias. Padecemos una caída de las plantillas, un descenso del número de profesores y personal no docente y, al mismo tiempo, un incremento de la contratación temporal a unos niveles totalmente insoportables. Hay un tercer asunto, el más grave, que es garantizar la igualdad de oportunidades, porque no solamente es que se haya potenciado la privatización, sino que además, las políticas de tasas, matrículas o precios públicos, están haciendo que las personas con pocas rentas lo tengan muy mal para llevar a sus hijos a educación infantil, FP o, sobre todo, Universidad. No es aceptable que no puedan acceder los hijos e hijas de trabajadores con rentas bajas por culpa de las tasas y las caídas de las becas.

La formación del profesorado también es clave y, más aún, en momentos como estos, en los que se están llevando a cabo grandes cambios económicos, sociales y culturales, y también a causa de la irrupción de la digitalización y la inteligencia artificial.

Nos encontramos con una educación pública que ha visto recortadas sus plantillas y sus recursos con claros intentos de privatización

De los diversos niveles educativos existentes, ¿cuál debería ser prioritario a tener en cuenta?

Desde el punto de vista del desarrollo de la persona, porque lo que educamos son personas y no seres competitivos, evidentemente los niveles de cero a dieciséis años son sectores absolutamente prioritarios. Pondría un énfasis especial en los primeros años. La educación infantil en la Comunidad de Madrid posiblemente sea el subsector más brillante y que mejor funciona del sistema educativo.

Tal como se está desarrollando, ¿ve posible un pacto educativo? ¿Cómo cree que debiera hacerse?

En la Comunidad de Madrid no lo veo fácil, porque ni se incorporan las medidas centrales para resolver los problemas, ni el modelo de negociación y concertación de un pacto educativo es el más adecuado. No puede ser que presenten borradores que son conclusiones de la derecha educativa más reaccionaria y clerical. Evidentemente, partiendo de ahí, se dificulta todo el proceso de llegar a un pacto. No lo están haciendo bien, y eso que tienen experiencia, porque ya hubo un gran acuerdo en 1999 y otro en 2004. El pacto educativo no puede ser un pacto de las derechas. Eso no vale.

Por último, ¿cómo ve el futuro del sindicalismo en este momento?

Lo veo más necesario que nunca. Es más, la única esperanza para hacer frente a todos los retos está en que seamos capaces de unirnos y organizarnos. Este año en que conmemoramos el cincuenta aniversario de las CCOO Interramas –ilegales en la dictadura–, el cuarenta cumpleaños de la constitución de las Comisiones Obreras y los cuarenta años de los asesinatos de Atocha, creo que la historia nos demuestra que es justamente eso: la capacidad de organizarnos la que nos puede permitir conquistar todo lo que nos han robado en la crisis: salarios, pensiones, derechos, recortes en servicios públicos y la calidad de esos servicios públicos, y para ello, necesitamos seguir apostando por un sindicato de CCOO más fuerte y con una solidaridad confederal reforzada.

Últimos comentarios

  • Pedro

    Madrid necesita un giro radical en sus políticas educativas. Son más de veinte años de gobiernos del PP, en los que la enseñanza privada concertada ha sido, abiertamente, beneficiada. Ciudadanos se equivoca cuando apoya al gobierno del PP, partido que necesita pasar por la oposición para regenerarse. En educación no e ha avanzado nada. Además se han agudizado las diferencias entre las distintas zonas de Madrid.

Escribir comentario para $s Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Autoría

Imagen del autor

Manuel Menor

Profesor de Historia