¿Cómo atender al alumnado en riesgo de pobreza y exclusión social durante los meses de verano?

LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS RESPONDEN de forma irregular a las demandas de madres y padres que piden la apertura de los centros educativos durante el verano para no dejar sin atender a sus hijas e hijos, mientras el Gobierno tramita una medida para hacer frente a la situación de emergencia. Pero está claro que, para evitar este problema, hay que tomar medidas de mayor calado.

Un panorama poco alentador tienen aproximadamente 600.000 niñas y niños que, una vez finalizado el curso, se quedan sin acceso al comedor escolar y, por tanto, a una comida en condiciones, a un acompañamiento y a actividades lúdicas y educativas. Si bien es cierto que las comunidades autónomas tomarán medidas al respecto, no existe todavía una respuesta unificada ni un plan coordinado para hacer frente a una situación que está en peligro de consolidarse.

Es la realidad de muchos menores en España que pasan sus vacaciones de verano solos y en casa porque sus padres, a pesar de trabajar todo el día, no pueden salir de la pobreza. Las cifras de Educo son alarmantes: en España hay más de 2.500.000 de trabajadores pobres y 580.000 niños y niñas que llevan la llave de casa colgando del cuello.

El informe El estado de la pobreza. Seguimiento del indicador de riesgo de pobreza y exclusión social en España 2008-2016, de EAPN-España (Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social) sostiene que “Si en el año 2008 uno de cada cuatro menores pobres estaba en situación de pobreza severa, en el año 2016 es uno de cada tres. La comparación con las cifras registradas entre el resto de la población pobre (adultos en riesgo de pobreza) muestra que la pobreza infantil es mucho más intensa (33,4% de menores pobres que está en situación de pobreza severa y 27,2% de adultos pobres en la misma situación) y que su evolución también ha sido más drástica (crecimiento de la pobreza severa en 10 puntos porcentuales entre la población infantil pobre y de siete puntos entre los adultos pobres)”.

Y es que, aunque las cifras bailen, sí hay un punto en común: quienes más sufren las consecuencias de la crisis son las niñas y los niños. A esos 580.000 que se quedan solos en casa, se suma que 2 de cada 5 menores no puede ir de vacaciones con su familia ni una semana al año, o que más de 253.000 no comen carne, pollo o pescado cada dos días. Y el centro educativo, en ese sentido, ofrece ciertas ventajas durante el curso con el comedor escolar y actividades, que en verano desaparecen.

El centro educativo, en ese sentido, ofrece ciertas ventajas durante el curso con el comedor escolar y actividades, que en verano desaparecen

Esta situación requiere de una respuesta integral por parte de la Administración, donde se complementasen las políticas educativas con las sociales. En este sentido, Pedro Badía, secretario de Política Educativa de la Federación de Enseñanza de CCOO, destacaría tres iniciativas importantes: “recuperar el gasto público, reconstruir el sistema de protección de empleo, y diseñar un plan integral contra la pobreza que actúe en todos los ámbitos en los que interviene esta lacra provocada por las políticas neoliberales (educación, sanidad, empleo, servicios sociales, medio ambiente, pobreza energética, vivienda, etc.)”.

Desde FE-CCOO se busca reivindicar el centro escolar “como un ámbito de socialización y de vida digna para las niñas y los niños, y considera urgente que las administraciones públicas mantengan los centros abiertos en verano con un proyecto educativo y sociocultural suficiente”, acompañado por supuesto de una inversión adecuada y suficiente para hacer frente a las necesidades de la infancia en situación de pobreza, un dato que podría alcanzar a unos 2.212.000 menores.

Administraciones

María Luisa Carcedo, recientemente designada como Alta Comisionada para la lucha contra la pobreza infantil por el Gobierno de Pedro Sánchez, ha anunciado la aprobación de un proyecto para facilitar el acceso a campamentos a niños y niñas de familias con pobreza severa, la mayoría con becas en los comedores escolares, que finalmente contará con 10 millones de euros (el doble de lo previsto) en los Presupuestos Generales del Estado. Además, se ofrecerán otras alternativas para las zonas rurales que no cuenten con esas iniciativas ofertadas por ayuntamientos y entidades locales.

No obstante, reconoce Carcedo que esta problemática –que ahora necesita de una respuesta urgente y precipitada– requiere de una solución más a largo plazo y por ello desde el Ejecutivo plantean presentar un programa para el próximo año. Esto coincide con la afirmación que hacen desde CCOO ante las necesidades vigentes: “No sería recomendable una política de parcheo».

De igual forma, desde FE-CCOO reclaman la existencia “de políticas públicas coordinadas entre las administraciones centrales, autonómicas y municipales”, ya que nuestras niñas y niños no pueden depender “de las expresiones de solidaridad particulares que, en mayor o menor medida, tratan de paliar la pobreza educativa”. Esto se traduce, según el secretario de Política Educativa de la Federación de Enseñanza de CCOO, en “compartir un plan común construido con la colaboración de todos, que debería integrar los proyectos y desarrollos llevados a cabo desde las organizaciones no gubernamentales. Aunque sin olvidar que la política de becas y ayudas sigue siendo una competencia del Estado”.

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El Gobierno ha anunciado la aprobación de un proyecto para facilitar el acceso a campamentos a niños y niñas de familias con pobreza severa, la mayoría con becas en los comedores escolares

Cómo afecta la pobreza a las comunidades autónomas. Datos de Educo.org

El llamado que se hace desde el sindicato al Gobierno de Pedro Sánchez es que se “recupere y mejore la inversión en becas y ayudas (comedores, transporte, libros de textos, programas que posibiliten el desayuno de la mañana, programas de refuerzo individual, asistencia en domicilio, etc.)”, además de mantener los centros abiertos en los meses estivales, así como incorporar perfiles con las competencias suficientes para “cubrir las necesidades educativas y culturales a través de actividades extraescolares y complementarias”.

Para Unicef, en tanto, la apertura de los comedores es una medida de emergencia necesaria, pero no suficiente. Así, insta a las administraciones a que “la solución a medio plazo debe consistir en ayudar a las familias que tengan dificultades para que ellas sean capaces de alimentar adecuadamente a sus hijos en su entorno”.

Unicef insta a las administraciones a que «la solución a medio plazo debe consistir en ayudar a las familias que tengan dificultades para que ellas sean capaces de alimentar adecuadamente a sus hijos en su entorno»

Además, afirman que la apertura de los comedores escolares en España debe ir siempre acompañada de un marco de actividades educativas y de ocio para evitar la estigmatización de sus usuarios y usuarias. Un reto que requiere una respuesta contundente según la organización, para que el panorama del próximo año sea completamente distinto.

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