Plan para salvar la Zarzuela

EL MINISTERIO DE CULTURA DEROGÓ, a finales de junio, el decreto que quiso fusionar el Teatro de la Zarzuela con el Teatro Real. Ha sido un acierto, dadas las incertidumbres y rechazos que aquel matrimonio forzoso e imprevisto despertó.

El intento se presentó como una iniciativa para para fomentar la zarzuela, noble objetivo que no deja de ser encomiable a pesar de las desafortunadas maneras. La idea de “potenciar la difusión nacional e internacional de las artes escénicas y musicales” sigue en la agenda y así se anuncia. De ser cierto este propósito, habría llegado el momento de diseñar un plan que podría incluir, entre otras muchas cosas, las siguientes iniciativas:

  1. Incrementar el presupuesto del Teatro de la Zarzuela: sin dinero no iremos lejos.
  2. Grabar y retransmitir sus producciones por televisión y cine digital, como se hace con la ópera y el ballet.
  3. Realizar coproducciones con otros teatros nacionales e internacionales.
  4. Organizar giras periódicas.
  5. Aumentar el número de funciones.
  6. Reponer producciones propias de éxito probado.
  7. Proponer algunas funciones breves de género chico.
  8. Organizar un festival de verano con compañías invitadas.
  9. Invertir mucho más en publicidad.
  10. Comprometer la presencia de autoridades y personalidades como público en los estrenos: algún presidente de gobierno, alteza, ministro o famoso.

Otra idea más discutible es reforzar las voces con un poco de amplificación, bien calibrada y que no desvirtué la lírica, al menos en las partes habladas. Facilitaría la comprensión de los libretos y conectaría mejor con nuevos públicos. Pero dejando siempre clara la diferencia en cuanto a calidad y cantidad musical respecto a otros géneros que últimamente frecuentan el coliseo de la calle Jovellanos. Las zarzuelas, las óperas y operetas en castellano constituyen su razón de ser, su repertorio propio, pues el cabaret, la revista y los musicales disponen de emplazamientos más adecuados.

Madrid ocupa la cuarta posición como ciudad del mundo donde más negocio se deriva de los musicales. Somos 577 millones de hispanohablantes, incluyendo una creciente comunidad en Estados Unidos. Según un estudio de Deloitte sobre la contribución socio-económica del Teatro Real a su entorno, cada euro de subvención generó una contribución al PIB de 4,9 € y un retorno fiscal de 1,8 €. La zarzuela no sería menos si se apuesta firmemente por su actividad. Es un tesoro por descubrir.

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Víctor Pliego de Andrés

Catedrático de Historia de la Música en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid