Súmate al Bicentenario del Museo del Prado

LA ENTIDAD PEDAGÓGICA DE LOS MUSEOS quedó establecida desde sus orígenes como extensión de la razón ilustrada. En sus estatutos fundacionales figura como gran objetivo la educación, autorizada, de la mirada de los ciudadanos, especialmente la de cuantos dedicarán su atención profesional a las artes.

Retrato de niña con paloma, de Simón Vouet, 1620-1622 (Colección particular). En proceso de compra, por micromecenazgo, por el Museo del Prado.

Este es en origen el motivo principal de que grandes colecciones artísticas, atesoradas por la realeza, acabaran en el siglo XIX abiertas a la visita general y, en particular, a la de los copistas en el caso de museos de pintura como el del Prado; en otros, como el Victoria & Albert Museum de Londres, también a otros oficios y artesanías.

Una historia educadora

Las exposiciones y actos que conmemoran el Bicentenario del Museo Nacional del Prado tienen en cuenta esta función de modo implícito y explícito. Desde la perspectiva de los profesionales de la enseñanza es buen momento para reflexionar sobre ella. Sigue teniendo sentido la iniciativa de los fundadores de la ILE, de ver los museos –el del Prado en particular, donde Cossío revalorizó al Greco– como fuente directa del conocimiento escolar. Parece hora, además, de reivindicar la labor callada de multitud de profesores de instituto en la difusión del conocimiento artístico al explicar Historia del Arte, pues han sido muchos de ellos los primeros promotores de visitas guiadas a los museos en el estilo propugnado por aquellos adelantados maestros. El mismo con que sus Misiones Pedagógicas trataron, en la II República, de mitigar el analfabetismo, llevando consigo la copia de las obras relevantes del Prado. Las consideraban un bien que todos tenían derecho a disfrutar.

En este Bicentenario no es asunto menor la historia del propio Museo, su etapa inicial desde 1819 como Museo Real y, desde 1869, como Nacional. A comprender mejor la pluralidad de orígenes de sus obras maestras irán dirigidas, particularmente, las exposiciones tituladas: Un lugar de memoria (19.11.2018-10.03.2019); y Una pintura para una nación: Los fusilamientos de Torrijos (23.03-30.06). Por su parte, el congreso titulado Museo y Guerra (otoño 2019) volverá sobre uno de los hechos más luctuosos de su historia y de nuestro país: el bombardeo de Madrid por los golpistas de 1936 y las soluciones que hubo que improvisar para salvar el preciado patrimonio cultural. Pronto, además, estará instalada permanentemente –en la sala que ocupaba El tesoro del delfín– la muestra Prado 200: actuaciones en el edificio Villanueva, que permitirá conocer de primera mano la evolución de los edificios e instalaciones expositivas del Museo desde sus inicios y, por tanto, el variable funcionamiento de esta institución cultural, cuyos cometidos han ido cambiando desde que Fernando VII la fundara.

Lo más pedagógico

Conservar, analizar, difundir y enseñar son objetivos clásicos de los museos. Estas dos últimas acciones se potenciarán con el Bicentenario y tratarán de dar al Prado mayor proyección social. Se pretende que su función educadora alcance a todos, incluidos colectivos como los reclusos y las personas ciegas, y en la línea de las citadas Misiones Pedagógicas –que en los años setenta tuvo alguna imitación– el Prado instalará reproducciones de sus obras en las calles de muchas ciudades. Prado en las Calles se sumará a una gira de una selección de sus mejores cuadros a algún museo relevante de cada Comunidad Autonómica. Muy social es, asimismo, la idea de comprar un cuadro del francés Vouet (Niña con paloma, 1620), del que ya hay otras dos obras en el Museo. Será adquirido mediante micromecenazgo (entre el 17.09.2018 y el 19.11) haciendo explícito, con la iniciativa Súmate al Prado, cómo una parte relevante del Museo –un regalo para los ojos de todos– es fruto de legados y adquisiciones del Estado y sus ciudadanos.

Muy pedagógicas son, igualmente, algunas otras iniciativas. En primer lugar, una exposición temporal El maestro de papel, sobre cartillas españolas para aprender a dibujar en los siglos XVII y XVIII. Estará acompañada de iniciativas que dotarán de recursos adicionales al profesorado, tales como el nuevo fondo documental del Museo, volcado en su Web para que sea accesible a todos; una historia oral de personas y personalidades que han tenido contacto con el Museo, material de gran interés para las nuevas generaciones; toda la documentación audiovisual que se ha generado en torno del Museo; y una exposición que dará protagonismo a los pequeños objetos efímeros de que ha ido acompañada la vida del Museo desde sus inicios. En segundo lugar, las programaciones especiales para niños, itinerarios divulgativos, videojuego e historieta que con motivo de esta conmemoración se llevarán a cabo. No solo profesorado, sino también padres y madres de estudiantes podrán aprovecharlas.

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Manuel Menor

Profesor de Historia