Comprometidas con nuestro futuro

LOS PASADOS 26 Y 27 DE OCTUBRE asistí al I Congreso Internacional de Coeducación y Género que se celebró en el campus de la Universidad Carlos III de Leganés. La verdad es que no tenía claro qué iba a encontrar allí.

Mientras caminaba hacia la sala pensaba si hacía bien en invertir mi tiempo de ocio y descanso, no tanto por las ponencias o debates que iba a escuchar, sino por con quién compartiría mi tiempo. Mi sorpresa fue mayúscula cuando me vi rodeada por más de 1.000 personas con mis mismas inquietudes, convencidas sobre la necesidad de implementar estrategias que promuevan una educación en igualdad. Más todas las que estaban siguiendo el congreso por streaming.

Miraba la sala llena y lo que veía era mucha gente joven. También compañeros de trabajo dispuestos a dar pasos a favor de una educación en igualdad. Entonces tomé conciencia de varias cosas: que no es cierto que los y las docentes no estén interesados en estos temas o piensen que están desfasados porque ya educamos en igualdad; y que solo es posible realizar un avance transformador en educación con nuestros compañeros en acción contra las violencias, la educación sexista o la educación segregadora. ¡Compañeros, tenéis que pasar a la acción! Ya no vale la excusa de “esto tiene que ver con unos cuantos desaprensivos maltratadores”, o “qué pesada te pones con el lenguaje”, o “total, si son chistes sin ninguna transcendencia”. Tenéis la obligación de cuestionar vuestros privilegios y plantearos las masculinidades para transcender un modelo androcéntrico y patriarcal que, a decir verdad, tampoco os beneficia mucho.

La otra cosa que pululaba en mi cabeza continuamente es lo tramposo que es el discurso de gobiernos, que hablan de excelencias, talentos naturales, esfuerzos y emprendimientos individuales, y, sin embargo, evitan hacerlo de financiación pública para la Educación. Y pongo con conciencia “Educación” con mayúsculas. La colectividad es el camino, la energía de lo común se mete por las venas. En soledad no conseguimos lo mismo.

Claves para el cambio

Efectivamente, la educación es una de las claves para el cambio de paradigma del sistema patriarcal, heteropatriarcal y, si voy más allá, cisheteropatriacal. A nosotras ya no nos vale este sistema obsoleto, que no nos nombra, que nos sitúa en segundo lugar, que nos mide solo en parámetros académicos, que nos relega al cuidado, al afecto, a la moda, a la estética y al consumo.

Nos vendieron una crisis que no habíamos generado y tuvimos que pagarla no solo en dinero, sino también físicamente. Sobre todo nosotras, que tuvimos que hacer frente a la crisis, al paro y al cuidado de los demás.

Luego miro las estadísticas de las mujeres asesinadas en el año en curso, nada más y nada menos que 57, a las que hay que añadir tres niños y seis niñas menores, según los datos del Ministerio del Interior. Entonces, aparte de indignarme, tomo conciencia de la necesidad de pelear con uñas y dientes para situar en el centro del debate político, social y educativo la igualdad, una educación con perspectiva de género e identidad de género, con contenidos concretos que hagan gala de la verdad; que pongan de manifiesto el trabajo de las mujeres, de la historia de las mujeres; contenidos curriculares que doten de recursos a nuestro alumnado para un pensamiento crítico, en positivo, con niñas empoderadas en el lugar que les corresponde por derecho, sin miedos, sin inseguridades y sin la certeza de que ser niña, primero, y mujer, después, supone ser blanco del abuso, la discriminación o la violencia.

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La colectividad es el camino, la energía de lo común se mete por las venas. En soledad no conseguimos lo mismo.

Sector feminizado

Hace ya varios años que se aprobó la LOMCE y no podría decir ni uno solo de sus beneficios. Nos encontramos en un contexto con más precariedad, menos profesorado, menos perfiles de atención a la diversidad, más horario, clases masificadas, sin recursos económicos, con mayor segregación para el alumnado, sin formación permanente para trabajadores y trabajadoras, menos personal de atención educativa complementaria, menos becas, un aumento obsceno de las tasas universitarias, menos oferta en los módulos de Formación Profesional… Este panorama no puede ser casual. Teniendo en cuenta que el sector de la educación es potencial y prácticamente femenino, no puede ser casualidad que aumente la precariedad laboral en un sector feminizado y que, además, vaya en detrimento de la Educación con mayúsculas.

Y es que si pensamos en los datos, el sistema educativo lo sustentamos prácticamente las mujeres que trabajamos en él. Pese a nuestra mayoría, estamos silenciadas en los libros de texto, con una presencia del 18,32%, como bien afirma Carmen Heredero en su obra Género y Coeducación. Por otra parte, en función de la etapa educativa, según se va subiendo de nivel, desciende la presencia de mujeres, sobre todo en puestos de responsabilidad. En la actualidad hay siete rectoras en las universidades públicas españolas frente a 43 rectores.

Ya estamos preparadas de sobra, la educación transformadora tiene que ser una educación feminista.

Ahora, exigimos un cambio en el currículo para que integre contenidos coeducativos, sobre diversidades sexogenéricas, identidades, educación sexual, que incluya la historia de las mujeres en todas las disciplinas. Así lo dijimos el pasado 8 de marzo en una huelga y unas manifestaciones masivas.

Agentes de igualdad con crédito horario

No será posible avanzar en el cambio sin disponer de una persona por centro que garantice el trabajo por la igualdad, con crédito horario de al menos una hora al día para promover medidas concretas en función del tipo de centro, situación general, alumnado, enclave, familias…, que cuente con un trabajo incorporado en la vida de centro al mismo nivel que el resto de las materias.

Desde CCOO exigimos la puesta en marcha inmediata de planes de igualdad en las administraciones educativas, donde se incumple la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad de mujeres y hombres sin ni siquiera ruborizarse. Es necesario preservar el derecho a la maternidad y garantizar la igualdad de oportunidades para las mujeres gestantes en los procesos de oposiciones; formación obligatoria tanto inicial como permanente que bareme especialmente sobre conciliación, género y coeducación, porque no tiene lógica que las personas que van a ser docentes en el futuro no tengan acceso a una preparación oportuna. Además, reivindicamos la ampliación de los permisos por maternidad y paternidad intransferibles que generen un reparto en el cuidado, porque la conciliación nunca puede suponer que las mujeres doblen o incluso tripliquen sus jornadas laborales viendo mermadas sus posibilidades de desarrollo profesional.

En definitiva, señoras y señores del Gobierno, tienen ustedes mucha suerte de contar con unas profesionales que no solo están a la altura de las circunstancias, sino que mejoran notablemente el sistema. Propuestas institucionales como la del programa de coeducación Skolae de Navarra pueden ser un hecho si se quiere educar en igualdad y promover una educación más acorde con los tiempos.

Es el momento, juntas podemos, con vosotros aún más y ya no hay marcha atrás. Estamos comprometidas con nuestro futuro y el de las generaciones venideras.

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