Motivos para implantar una asignatura de valores cívicos y ciudadanos

LAS ELECCIONES GENERALES DEL 10 DE NOVIEMBRE han posibilitado la entrada en el Congreso de los Diputados y las Diputadas del discurso del odio, el racismo, la violencia y la desigualdad del partido de extrema derecha Vox. A la connivencia del PP y Ciudadanos que gobiernan con este partido en varias comunidades autónomas, se ha sumado la pasividad de la izquierda, la inacción de la justicia y la complicidad, consciente o inconsciente, de los medios de comunicación, que han dedicado horas y páginas al discurso agresivo y antidemocrático de Vox.

A la connivencia del PP y Ciudadanos que gobiernan con este partido en varias comunidades autónomas, se ha sumado la pasividad de la izquierda, la inacción de la justicia y la complicidad, consciente o inconsciente, de los medios de comunicación, que han dedicado horas y páginas al discurso agresivo y antidemocrático de Vox. Ante una situación que ya de por sí se vislumbra compleja para las libertades en algunas comunidades autónomas gobernadas por PP, Ciudadanos y Vox, tenemos el ejemplo reciente del PIN parental promovido por Hazte Oír, organización satélite de Vox. Desde la Federación Estatal de Enseñanza de CCOO queremos recordar la actualidad de la enmienda que en su día presentamos en el Pleno del Consejo Escolar del Estado y que finalmente se incorporó como Adicional a la LOMLOE. La enmienda, redactada por la Fundación Cives y consensuada con la Federación Estatal de Enseñanza de CCOO, es una llamada a la confrontación por las libertades y los derechos que en este momento están en peligro por el discurso y las acciones de la extrema derecha. Ahora toca volver a reivindicar, con más fuerza, la implantación de una asignatura de valores cívicos y ciudadanos, y la transversalidad de estos valores en el currículo.

El 17 de marzo de 2015, como respuesta a los violentos ataques de extremismo y terrorismo, así como para reafirmar la determinación de que Europa se implique solidariamente en el fomento de los valores fundamentales que son cimiento de la Unión Europea, los ministros de Educación europeos reunidos en París acordaron la Declaración sobre la promoción de la Ciudadanía y los valores comunes de libertad, tolerancia y no discriminación mediante la educación, aprobaron las bases para un plan de acción y acordaron luchar conjuntamente contra el integrismo desde las aulas, a través de la promoción de valores como la tolerancia y el respeto a los demás, defendiendo los valores fundamentales de la Unión Europea: dignidad humana, libertad de expresión, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto a los Derechos Humanos. En definitiva, trabajar conjuntamente para que la educación sirva para formar ciudadanos y ciudadanas, sea inclusiva, combata el racismo, desarrolle el espíritu crítico, también en las redes sociales, combata las desigualdades y fomente el diálogo y la cooperación.

A finales de ese mismo año, el 15 de diciembre, el Informe conjunto del Consejo y la Comisión de la Unión Europea sobre el marco estratégico de la cooperación en el ámbito de la educación y la formación, estableció las “Nuevas prioridades” para abordar una serie de tareas urgentes, entre las que está la prevención de la radicalización y la violencia. “Los trágicos estallidos de violencia extremista padecidos a principios de 2015 han venido a recordarnos seriamente que nuestras sociedades son vulnerables. La educación y la formación tienen un importante papel que desempeñar a la hora de garantizar que los valores humanos y cívicos que compartimos se preservan y transmiten a las generaciones futuras”.

También el Parlamento Europeo, en su Resolución de 19 de enero de 2016 sobre el papel del diálogo intercultural, la diversidad cultural y la educación en la promoción de los valores fundamentales de la Unión Europea, reconoce que Europa y el mundo se enfrentan a múltiples desafíos ligados a la globalización, las migraciones, los conflictos religiosos e interculturales, y el auge del vandalismo. Por ello, las instituciones de la Unión Europea deben hacer un análisis más amplio de todas las formas de radicalización e introducir nuevas reflexiones sobre la naturaleza y los procesos del extremismo y la violencia política, “partiendo de la premisa de que la radicalización es un proceso relacional dinámico y una consecuencia imprevista e impredecible de un conjunto de transformaciones”. Por ello, los Estados miembros y la Comisión deben prever los extremismos: la xenofobia, el racismo y todas las formas de discriminación y marginación, con medidas de refuerzo de la cohesión comunitaria capaces de contrarrestar con éxito las desigualdades sociales y económicas, en las que participen un abanico de agentes: planificadores urbanos, trabajadores sociales, educadores, para combatir el extremismo, garantizar la inclusión social, fomentar el respeto a la diversidad y promover la cohesión comunitaria. El Parlamento Europeo “subraya la necesidad de formar y preparar a las próximas generaciones para resolver con audacia los problemas y afrontar de modo eficaz e innovador los retos que en el futuro se plantearán a los ciudadanos europeos ofreciéndoles una verdadera Educación para la Ciudadanía”. Así, la educación formal, no formal e informal y el aprendizaje permanente deberían no solo dotar al alumnado de conocimientos, aptitudes y competencias, sino también ayudarles a imbuirse de valores éticos y cívicos, y convertirse en miembros activos de la sociedad, responsables y libres de prejuicios. Para ello es necesario que la educación cívica se inicie a una edad temprana.

Durante los días 11-12 de abril de 2016, la Conferencia Permanente del Consejo de Europa de ministros de Educación, bajo el lema “Asegurando la democracia a través de la Educación”, acordó el Desarrollo de un Marco de Referencia de Competencias para la Cultura Democrática. Su punto de partida alude al conjunto de retos particulares a los que se enfrente Europa (“en particular el terrorismo y el extremismo violento, el creciente número de refugiados y de migrantes que llegan a Europa, un aumento de la crisis, el aumento del populismo y la puesta en peligro de los valores democráticos como reacción ante ese sentimiento de crisis”) y a la Declaración y el Plan de Acción aprobado en la 125ª reunión de Ministros celebrada en Bruselas el 19 de mayo de 2015 sobre “La lucha contra el extremismo violento y la radicalización que conduce al terrorismo”, que establece que “la mejor manera de desarrollar una comprensión de la cultura democrática es a través de la educación”.

Merece la pena subrayar la contundencia con que esta Resolución del Consejo de Europa de 2016 define la Educación para la a Ciudadanía Democrática y los DDHH como uno de los fines fundamentales de la educación: “la preparación para la vida como ciudadanía activa en las sociedades democráticas es uno de los principales propósitos de la educación, y uno de los objetivos fundamentales de toda la educación para la ciudadanía democrática y los derechos humanos no es solo proporcionar conocimientos al alumnado, sino también dotarlo de capacidad de actuar en la sociedad en defensa y promoción de los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho”. Los Ministros de Educación del Consejo de Europa acordaron los siguientes objetivos estratégicos en el ámbito de la educación:

“13. Hacer que la preparación para la ciudadanía democrática activa de TODOS los y las estudiantes en la educación y la formación sea un sello distintivo de la calidad de los sistemas educativos europeos y una parte esencial de nuestra respuesta de los retos a los que se enfrenta Europa.

  1. Proporcionar a todo el alumnado en educación y formación las competencias necesarias (valores, actitudes, habilidades, conocimientos y comprensión crítica) que les permita participar como ciudadanía activa en sociedades democráticas y diversas, y aumentar las posibilidades de éxito en la vida laboral”.

El Consejo de Europa, en su incesante labor de promover el desarrollo de la ECD/EDH aprobó en la Conferencia sobre el futuro de la ciudadanía y la educación para los Derechos Humanos, celebrada en Estrasburgo los días 20 a 22 de junio de 2017, una Declaración instando a los Estados miembro para que renueven su compromiso con la aplicación de la Carta del Consejo de Europa sobre ECD/EDH de 2010, fundamentando tal demanda sobre la preocupación por los serios desafíos actuales a la democracia y los Derechos Humanos en Europa (creciente exclusión, discriminación y polarización en nuestras sociedades; aumento de los discursos populistas y nacionalistas, la desilusión con los procesos de democráticos tradicionales; aumento del terrorismo y del extremismo violento; y el lento progreso en la superación de las barrera a la integración de los inmigrantes y refugiados en nuestras sociedades) y proponiendo, entre otras, como Acciones Clave:

«1. Incluir ECD/EDH en las políticas y las practicas nacionales, regionales y locales para educación formal y no formal, incluido el trabajo con jóvenes».

«2. Garantizar la calidad, el suministro equilibrado de ECD/EDH en todas las áreas y tipos de educación, prestando una atención especial a las zonas donde ECD/EDH está menos presente, como la educación preescolar, la educación y la formación profesional y la educación superior».

«5. Uso del marco de referencia de las competencias para la Cultura Democrática en la implementación de la Carta, y lograr los objetivos de la misma».

«9. Una ECD/EDH integrada en la educación y en las políticas de juventud y el trabajo con jóvenes, incluida como parte de los programas de formación de profesionales de la educación, trabajadores y trabajadoras de juventud, líderes juveniles y facilitadores de las actividades de educación formal y no formal».

 

Propuesta para la implantación de una asignatura de educación de valores cívicos y ciudadanos

  1. Recibir una Educación en Valores Éticos y Cívicos forma parte del derecho a la educación que corresponde a todos y cada uno de los ciudadanos/as. Conforme a los Acuerdos y Declaraciones compartidos por España en el Consejo de Europa, esta educación se incorporará a los currículos escolares de Educación Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional y Educación permanente.
  2. El proceso de enseñanza-aprendizaje de la Educación en Valores Éticos y Cívicos estará presente en todos los etapas y modalidades educativas mencionados en el punto anterior, bien como asignatura singular y/o como materia diferenciada dentro de otra asignatura, complementada por un tratamiento transversal y actividades de participación estudiantil y gobernanza democrática de los centros escolares. Deberá incorporar instrumentos validados que permitan evaluar la adquisición de competencias sociales y ciudadanas por parte de todos los alumnos y alumnas.
  3. Los objetivos de la Educación en Valores Éticos y Cívicos, siguiendo las pautas compartidas por los currículos de la mayor parte de los países europeos, serán:
  • Conseguir una cultura y formación democrática básica.
  • Educar en la Dignidad y los Derechos Humanos, así como en los valores constitucionales.
  • Desarrollar el pensamiento crítico y la capacidad de análisis del alumnado.
  • Desarrollar valores ético-cívicos, actitudes y competencias sociales y ciudadanas.
  • Educar en el principio de igualdad entre hombres y mujeres.
  • Fomentar la participación en el centro escolar y en la comunidad de su entorno.
  • Conocer el fundamento de los valores de ciudadanía y las conquistas de libertades y derechos fundamentales civiles, políticos, sociales, económicos y culturales que la han hecho posible.
  • Adquirir las necesarias competencias para la cultura de paz, la convivencia, la resolución pacífica de conflictos y el diálogo intercultural, respetando la diversidad y las diferentes opciones ideológicas existentes.
  1. La Educación en Valores Éticos y Cívicos tendrá garantizado el tiempo necesario para su correcto aprendizaje, dotándosela de la carga lectiva horaria necesaria en todas y cada una de las etapas educativas y cursos académicos en los que se impartirá.
  2. Se establecerá un sistema de alta calidad para facilitar la formación inicial de todo el profesorado en los centros y en los grados universitarios especializados en Pedagogía, Ciencias de la Educación y Magisterio. Para ello, se potenciará una moderna y generalizada red de centros que faciliten la formación permanente del profesorado no universitario.

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Pedro Badía

Secretario de Política Educativa, Infancia e Institucional de FECCOO