La reforma laboral: derogación, eliminación de sus aspectos lesivos o modernización

LO AVALAN LOS DATOS ESTADÍSTICOS DEL MERCADO DE TRABAJO: LA REFORMA LABORAL DE 2012, amparada por las políticas de austeridad, produjo un empeoramiento generalizado de las condiciones de trabajo y de vida de una buena parte de la población trabajadora, traducida en una reducción de salarios, el debilitamiento –cuando no eliminación– de la protección social, la flexibilidad y abaratamiento del despido… para acabar con los sindicatos, despojándolos de su principal arma, la negociación colectiva.

Hacia la gratuidad

LO QUE DESDE EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL se ha bautizado como “crisis educativa” para hablar de las consecuencias de la pandemia de la Covid-19, no es otra cosa que el producto de años de recortes, infrafinanciación y olvido de la educación pública. Entenderla como global, como un fenómeno que lleva años gestándose y que nos ha dejado sin margen de maniobra para afrontar los retos actuales, nos permite poder entender sus consecuencias en profundidad y sus posibles soluciones.

Acción sindical en respuesta al estado de alarma

EN LAS ÚLTIMAS SEMANAS HEMOS PODIDO COMPROBAR COMO APARECÍAN, día sí, día también, novedades legislativas, en ocasiones modificadas con posterioridad y con frecuencia generando dudas en cuanto a su aplicación, en relación con las implicaciones laborales que supone el Covid-19 y la declaración del estado de alarma que, en el momento de escribir este artículo, no sabemos todavía por cuánto tiempo puede prorrogarse.

Esclavas de la Junta de Andalucía

HEMOS ESTADO MUCHOS AÑOS EN SITUACIONES LABORALES ILEGALES: contratos con categorías inferiores a la realizada, bajas y altas irregulares, impagos de sueldos, sin vacaciones retribuidas, sin bajas por riesgos en el embarazo, despidos en el periodo de maternidad, cambios de antigüedad para no pagar trienios y/o seguir en contratos de obra y servicios…