Educación para Personas Adultas, tan necesaria como olvidada

LA EDUCACIÓN DE PERSONAS ADULTAS (EPA) debe ser un instrumento de equidad social. En el origen de lo que hoy entendemos por EPA, allá por el comienzo de la revolución industrial, la educación de personas adultas surgió como una necesidad laboral y cultural de los trabajadores y trabajadoras, que se autoorganizaron y crearon espacios en los que, al término de la jornada laboral, se formaban y debatían sobre la actualidad.

El Gobierno margina a la formación

LA FORMACIÓN SUFRE. Lo hace desde hace tres años. En ese periodo, no se han invertido los 726 millones de euros presupuestados para financiar la formación de los trabajadores. Hace dos años, el Gobierno acometió la reforma urgente de la Formación Profesional para el empleo, entregándosela a entidades privadas.