La verdad ya no nos duele

PRIMERA ESCENA: VEMOS EN LA TELEVISIÓN A UN NIÑO SIRIO llamado Aylan, inerte, con su cara enterrada en la arena en una bonita playa turca. Nos quedamos paralizados ante un vídeo que nos llega por Twitter en el que una treintena de niños de una escuela infantil en Yemen aparecen desmembrados, cubiertos de sangre, ceniza y tierra, asesinados después de ser bombardeados por aviones de Arabia Saudí.