Un 30% de los españoles está en riesgo de pobreza y exclusión

“LAS COSAS SE ESTÁN HACIENDO BIEN”. La autoría de la frase corresponde a Mariano Rajoy, presidente en funciones del Gobierno de España. Es uno de sus mantras de cabecera. Sus acólitos se encargan de insertar el mismo mensaje en la sociedad. El problema viene cuando entre esa retahíla de supuestos logros se obvia un dato determinante: el estado de la pobreza en nuestro país.

El indicador de riesgo de pobreza y exclusión europeo, AROPE, alcanza al 29,2% de la población española: 13.704.003 personas, según el V Informe Anual sobre el riesgo de pobreza y exclusión de la European Anti Poverty Network (EAPN), basado en el análisis de datos de la encuesta de condiciones de vida del INE. El estudio se centra en el periodo 2009-2014.

Están en situación de AROPE quienes experimenten alguno o varios de los tres factores de desigualdad: pobreza relativa (22,2%); privación material severa (7%) y baja intensidad de trabajo en el hogar (17,1%). Se consideran en riesgo de pobreza a las personas que viven en hogares con una renta inferior al 60% de la renta media nacional, equivalente en unidades de consumo. Para el año 2014, el promedio equivalía a 13.268,8 €. Por ello, el umbral de pobreza se fija en 7.961,3 €, es decir, 663,4 € mensuales. Todas las personas que viven en hogares con una renta por unidad de consumo inferior a esa cifra se consideran pobres.

El riesgo de pobreza y exclusión afecta por igual a hombres y mujeres. Si analizamos la situación por segmentos de edad, encontramos datos preocupantes. Las personas que más sufren son las que se encuentran entre los 16 y 29 años. La tasa aumentó en 11 puntos porcentuales, hasta el 36,4%, en este grupo. Los menores de 16 años también sufrieron un incremento de la pobreza. La tasa ascendió del 31,9% en 2013 al 35,4% en 2014. Más de tres de cada cuatro niños y niñas en España. En 2014 la infancia ha experimentado la tasa más alta de pobreza, con respecto a todos los grupos de edad, desde que se calcula el indicador. En el extremo opuesto se sitúan las personas mayores (por encima de 65 años). El AROPE ha caído a la mitad entre 2009 y 2013 (del 25% al 13%). La tasa de adultos entre 30 y 64 años permanece en torno al 31%.

Hasta 2013, el problema del desempleo tenía un peso crucial en el riesgo de pobreza y exclusión. Con los datos de 2014, se observa que la gran subida del AROPE se debe en mayor medida al aumento de la pobreza (aporta el 75% del peso del indicador).

En este quinto informe se muestran los cambios registrados en el número de personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social mediante el estudio de la evolución del indicador AROPE y de sus componentes, entre los años 2009 y 2014 en función de distintos criterios o variables, entre los cuales se destaca el territorial. Esto es porque la mayor parte de las políticas sociales están transferidas a las comunidades autónomas y las estrategias de reducción de la pobreza en España se implementan en gran medida en ellas.

 

¿A quién afecta la pobreza?

Un 24,6% de la población en pobreza relativa tiene estudios primarios, siendo las personas mayores las que tienen más peso. El hecho de que tener un nivel educativo más alto no protege contra la pobreza, dado que hay un 29,1% con educación secundaria. La tasa de trabajadores pobres se ha incrementado de 11,7% en 2013 a 14,2% en 2014.

La ciudad autónoma de Ceuta (con 44,3%) y las comunidades autónomas de Murcia (37,2%) y Andalucía (33,3%) tienen las mayores tasas de pobreza relativa.

En el lado opuesto se sitúan País Vasco (10,2%) y la Comunidad Foral de Navarra (11,9%).

En lo que se refiere a la tasa de privación material, las familias con hijos son las más perjudicadas, con especial incidencia en los hogares monoparentales con uno o más hijos. Este grupo presenta la situación más grave, con una tasa de privación material severa de 53,3%, mientras que la tasa del resto de hogares es del 29,2%. La tasa de privación material agrupa a personas que viven en hogares en los que no pueden permitirse cuatro de nueve conceptos o ítems de consumo básico definidos a nivel europeo: pagar la hipoteca, alquiler o letras, mantener la vivienda a temperatura adecuada en invierno, permitirse unas vacaciones de, al menos, una semana al año, permitirse una comida de carne, pollo o pescado, cada dos días, capacidad para afrontar gastos imprevistos, disponer de teléfono, disponer de televisión en color, disponer de lavadora, disponer de coche.

¿En qué se traduce esta tasa de privación material? El 46,4% de la población no está capacitado para pagar una semana de vacaciones al año; el 42,6% no poder hacer frente a gastos imprevistos. Un 11,7% de la población vive en hogares que tienen retrasos en los pagos de gastos relativos a la vivienda principal. En 2014, también ha escalado en tres puntos porcentuales (hasta el 11,1%) el porcentaje de quienes no pueden poner la calefacción en sus viviendas. La ciudad autónoma de Ceuta (con un 12,4%) y las comunidades autónomas de Murcia (11,8%) y Valencia (11,3%) tienen las mayores tasas de privación material severa. Las menores tasas se registran en el la Comunidad Foral de Navarra (1,2%) y en Castilla y León (2,6%).

Esta radiografía desemboca en una situación evidente de desigualdad. La diferencia entre el 10% más rico y el 10% más pobre se multiplica por 14. Ese porcentaje con más poder adquisitivo posee un equivalente a la mitad de todo el ingreso de la población de España. El crecimiento económico (aumento del PIB) no es suficiente para reducir la tasa de personas en AROPE, como muestra el análisis territorial., según el informe de EAPN. “La capacidad redistributiva de las políticas sociales tiene que ser priorizada para lograr una mayor cohesión social y equidad en todo el país”, sostiene.

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