Un total de 800.000 menores vive en España en familias sin empleo

LA OBSCENA DESIGUALDAD QUE REINA EN EL MUNDO no se puede reducir a cifras vergonzantes. Nos hemos acostumbrado a leer una ristra de artículos al respecto, con datos de todo tipo. Los números que nos ofrecen tanto los medios de comunicación como las ONG son descorazonadores. Pero, ¿hasta qué punto tomamos conciencia de la situación?

Los datos gritan que en los países industrializados el 10% más rico de la población ingresa 9,6 veces más que el 10% más pobre, según la OCDE. El aumento de las desigualdades ha sido especialmente grande en la infancia. España está entre los países de la Unión Europea con más desigualdad, según el informe Desheredados. Desigualdad infantil, igualdad de oportunidades y políticas públicas en España elaborado por Save the Children.

Muchas veces nos olvidamos de ponerle rostro y sentimientos a esa amalgama de datos. “Mi padre está en el paro porque la fábrica cerró. Mi madre está en casa buscando trabajo. Si mis padres dicen “no” sé que es por algún motivo. Mis padres quieren que seamos felices, si dicen «no» es porque no tienen dinero”, cuenta Ana, de 12 años y una de las protagonistas del informe.

Las personas más ricas de España ganan siete veces más que las más pobres, cuando la media europea es de 5,2. Pero la desigualdad afecta con especial crudeza a los niños: los menores de edad con menos recursos se han empobrecido cinco veces más durante la crisis que los más ricos –un 32% y un 6%, respectivamente–. Entre 2008 y 2015 el número de niños en situación de pobreza severa aumentó en 424.000.

Save the Children ha contado con la participación de 130 niños y niñas durante la investigación realizada para elaborar el informe. La ONG ha querido ver la realidad a través de los ojos de estos 130 niños y niñas. Para saber cómo la ven y qué sienten, les han facilitado cámaras fotográficas. Las imágenes que ilustran el informe son obra de los menores.

Otro dato aterrador es que 800.000 menores viven en España en hogares en los que ninguno de sus miembros trabaja. El trabajo de los padres juega un papel fundamental en el desarrollo de los niños, ya que es la principal fuente de ingresos, especialmente en el caso de las rentas más bajas, que son más vulnerables al desempleo y la precarización.

“Si entre familias hay diferencias infinitas de recursos económicos, algunos niños, de algunas familias se enfrentan a un injusto comienzo en la vida; y la política pública tendrá que hacer un esfuerzo ingente para superar esas desigualdades de partida”, asegura el Banco Mundial. En España, un niño que nace en un hogar pobre está condenado de por vida a serlo. “El Estado no permite que los niños tengan las mismas oportunidades, al contrario, les pone zancadillas a los que peor están”, asegura el informe de Save the Children. España es el sexto país más desigual de la UE tras Estonia, Letonia, Bulgaria, Rumanía y Lituania.

La ONG llama la atención sobre las escasas inversiones públicas niveladoras. España tiene un gasto similar a Bulgaria, República Checa o Eslovaquia, muy lejos de países como Alemania, Finlandia o Dinamarca. «Nada menos que 1.600.000 niños y niñas que viven por debajo del umbral de la pobreza no acceden a la prestación por hijo a cargo, porque el límite máximo de ingresos para recibir la prestación es inferior al umbral de la pobreza. En cuanto a la prestación para hogares monoparentales, sólo la reciben una de cada 10 familias de este tipo”, apunta el informe.

 

¿Cómo se manifiesta la desigualdad en la educación?

Titularse en educación secundaria obligatoria y seguir estudiando son dos condiciones imprescindibles para la integración laboral y social de los niños y niñas. Pero no todos ellos están en igualdad de condiciones. Finalizar los estudios o dejarlos está relacionado con el nivel de renta y formación de las familias, según Save the Children. Las familias con más recursos económicos dedican a la educación una media de entre siete y ocho veces más de dichos recursos que los del 33% más pobre y cuentan con recursos culturales que influyen en un mejor resultado académico de niños y niñas. “La diferencia de renta abre posibilidades educativas diferenciadas: unos estudiarán un máster y hablarán más idiomas, y otros no podrán permitirse el coste de oportunidad de seguir estudiando tras la educación obligatoria”, explica el informe

Save The Children critica que el sistema educativo español “no parece estar capacitado para compensar las desigualdades con las que niños y niñas llegan a la escuela y que siguen marcando su trayectoria educativa y vital”. Entre aquellos que abandonan la escuela de forma prematura, prevalecen los jóvenes de familias más pobres. La ONG ve necesario que se incremente el gasto público de forma progresiva.

El informe finaliza con una petición: un esfuerzo político significativo para fortalecer la igualdad de oportunidades. “No olvidemos nunca que la infancia es el 18% de nuestro presente, pero el 100% de nuestro futuro», concluye.

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